La semana pasada tuve el increíble honor de subir al mayor escenario que he pisado en mi vida, con más de 4000 asistentes. Al entrar al centro de atención bajo las brillantes luces del segmento L.I.T. (Leyendas en Formación, por sus siglas en inglés), no sólo estaba hablando a una multitud, sino que estaba de pie en mi verdad.
Mi empresa me invitó a participar en una serie especial que destacaba a personas que ellos consideran Leyendas en Formación. Pero esto no se trataba de elogios empresariales o cifras de ventas. Me dieron sólo cuatro minutos para hablar, no sobre la empresa a la que represento, sino sobre mi vida. Sigue leyendo...