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Estoy cansada...de la crueldad. Cansada de las mentiras. Cansada de la gente que elige no educarse cuando la verdad está aquí, frente a sus ojos.
Me decían que lo que me mataría serían mis medicinas no el virus. Y sé, con certeza, que estaban equivocados... Cuando llegué a Estados Unidos en 2001, empecé tratamiento. Cuatro semanas después ya estaba indetectable.
Este país se atreve a hablar de "libertad" mientras millones están secuestradxs por la pobreza, el racismo, el capacitismo y la avaricia. ¿Qué tipo de libertad es esa?
Yo siempre estoy educando a los demás. Las personas que deberían saberlo, no lo saben. Crecieron cuando comenzó la epidemia del VIH. Entonces, comparto mi historia porque quiero ayudar a la gente. NECESITAMOS HABLAR SOBRE EL VIH.
Si no hablamos de lo que estamos enfrentando en cuanto a los efectos secundarios del tratamiento (o lo que sea), ¿quién lo sabrá? ¿Quién escuchará? ¿A quién le importará? Y ¿cómo van a mejorar las cosas para las personas que vendrán después de nosotras?
Automáticamente después de saber mi diagnosis empecé a usar mi conocimiento, a hacer preguntas, a informarme porque, aunque no lo creas, todavía estamos muy atrasados en cuestión de información.
No tienes que pasar por tener VIH o SIDA solo. Incluso si no los tienes, puedes crear tu propia familia extendida.
Es crucial reconocer que el VIH no discrimina según la identidad de género, pero la sociedad a menudo sí.
La vida te da chances y hay que aprovecharlas... El VIH me hizo más fuerte y me empoderó más.
Sigue luchando, paso a pasito. ¿No puedes hacerlo tú sola? Busca ayuda...
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